La hidroterapia consiste en realizar movimientos o actividades dentro de un entorno acuático mediante el uso de las propiedades físicas del agua para ayudar con el rendimiento físico. En el CRIT, usamos esta actividad como una herramienta, de la mano con nuestra terapia física para ayudar a facilitar el progreso hacia las metas de rehabilitación de los pacientes.
Un factor clave para un mayor éxito de la hidroterapia, es mantener la temperatura de la piscina a 93 grados Fahrenheit. La temperatura cálida ayuda a controlar el tono, la relajación muscular y mejora el flujo sanguíneo. Además, el entorno acuático permite la flotabilidad, lo que hace que el peso del paciente sea más ligero, permitiendo al paciente mejorar la marcha en un entorno gravitacional mínimo. A su vez, esta actividad le da al paciente la capacidad de realizar actividades fuera del agua de manera más beneficiosa. La resistencia al agua sirve como peso, lo que permite fortalecer las articulaciones sin forzarlas. En el CRIT, también usamos la presión hidrostática, o las fuerzas perpendiculares al cuerpo, para disminuir la hinchazón y mejorar la conciencia propioceptiva o posicional.
El uso de las diferentes propiedades del agua puede ayudar en muchos aspectos del progreso terapéutico, incluido el aumento de la fuerza, la mejora de la conciencia, la mejora de la movilidad, la disminución del tono, el aumento del equilibrio, la capacidad para pararse, caminar y más. ¡Trabajar en un ambiente divertido y diferente puede fomentar una mayor participación y mejores resultados!