El juego como derecho humano
¿Sabías que el juego es importante para el desarrollo infantil? Esto se debe a que es una herramienta idónea para la comunicación, el aprendizaje y el conocimiento. Tanto es así, que incluso se ha identificado como un derecho humano.
En el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, se expresa que “se respetarán y promoverán el derecho del niño y la niña a participar plenamente en la vida cultural y artística y se propiciarán oportunidades apropiadas en condiciones de igualdad recreativa y de esparcimiento”.
Ventajas del juego para el bienestar integral
El juego tiene diversas ventajas para el bienestar integral. A continuación, te compartimos algunas de ellas:
- Fomenta la creatividad y contribuye al desarrollo de un cerebro sano, que es la fuente de la curiosidad y la innovación.
- Previene enfermedades al evitar el sedentarismo y la obesidad, dos factores físicos que afectan en la actualidad dado el estilo de vida que se lleva en muchas partes del mundo.
- Facilita la interacción con el entorno, ayudando a comprenderlo en toda su magnitud.
- Favorece habilidades sociales que más tarde pueden ser vitales para un buen desempeño en comunidad.
- Mejora las relaciones afectivas permitiendo identificar sentimientos, estados de ánimo y emociones hacia quienes le rodean en sus círculos de interacción más cercanos.
El juego como herramienta para promover valores
En la infancia se producen numerosos cambios en el desarrollo social y afectivo. Por ello, el juego adquiere un rol muy importante, pues permite reflexionar sobre nuestras acciones, así como sobre las normas y los valores éticos de la cultura en la que estamos inmersos. Algunos de los valores que pueden ser importantes para pensar juntos en esta etapa de la vida y posteriores son:
- Respeto: hacia todas las personas y la naturaleza.
- Empatía: comprendiendo a los demás y siendo solidarios.
- Responsabilidad: cuidando el entorno y tomando decisiones conscientes.
- Solidaridad: trabajando en equipo y valorando la diversidad.
- Tolerancia: aceptando las diferencias y promoviendo la inclusión.
¡Juguemos juntos!
Juego 1: Mi Primer Huerto en Casa – Cuidando la Tierra
En este juego en familia, los niños aprenderán sobre el cuidado medioambiental y asumirán responsabilidades al crear su propio huerto. ¡Sigan estos cinco pasos!
Paso 1: En una hoja de papel diseñen en familia su propio huerto casero con diferentes elementos cultivables.
Paso 2: Recolecten abono y seleccionen diversas semillas de frutas y verduras, incluso pueden usar las semillas de las frutas que consumen en casa.
Paso 3: Comiencen a crear el huerto; no necesitan un gran jardín. Pueden utilizar una caja de fruta, pequeñas macetas o cestas de mimbre.
Paso 4: Planten las semillas para ir organizando los brotes iniciales. Hagan rutinas de cuidado para aprender el valor de la paciencia y la responsabilidad mientras observan el crecimiento de las plantas.
Paso 5: En un cuaderno hagan un listado de pensamientos donde reflexionen juntos sobre la importancia de cuidar las plantas, flores y frutos. También sobre cómo el huerto en casa contribuye al cuidado del medio ambiente.
Juego 2: Collage de la Diversidad – Conociendo Culturas del Mundo
Fomenten la inclusión y la tolerancia con este juego en familia que celebra la diversidad cultural en todo el mundo. ¡Sigan estos cinco pasos!
Paso 1: Reúnan materiales como una cartulina, tijeras, pegamento, revistas y diferentes tipos de papel para darle textura.
Paso 2: Busquen imágenes de personas de distintos países, tradiciones, costumbres, con diferentes tonos de piel y realizando actividades variadas.
Paso 3: Recorten y peguen en la cartulina todos los elementos. Hagan también encima dibujos propios para agregar un toque creativo y personal.
Paso 4: Contemplen el resultado final y reflexionen sobre la belleza de la diversidad cultural, cómo cada individuo aporta algo único y valioso al mundo.
Paso 5: Finalmente, coloquen el collage en un espacio que les guste para inspirarse con aquello que aprendieron de este juego, ya sea en un cuadro, en el refrigerador o en un álbum familiar.