Imagen: Lesión Cerebral Traumática

Un pequeño vistazo a la Lesión Cerebral Traumática

Una Lesión Cerebral Traumática, o TBI por sus siglas en inglés, es el resultado de un golpe directo en la cabeza que interrumpe la función y el desarrollo saludable del cerebro. La gravedad de un TBI varía de «leve» a «severo». Los síntomas a corto plazo generalmente caen dentro de una las siguientes cuatro categorías: (1) pensar/recordar (dificultad para concentrarse o recordar información nueva); (2) físico (náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz); (3) emocional/estado de ánimo (irritabilidad, tristeza o ansiedad); y (4) dormir (dormir más o menos de lo habitual). Los padres o cuidadores deben de buscar atención médica inmediata si el niño o niña sufrió un golpe en la cabeza o cuerpo y, especialmente si las pupilas cambian de tamaño, tienen nueva actividad convulsiva o pierden el conocimiento. Además, si un niño no deja de llorar o no come, debe ser llevado al departamento de emergencias.

Para casos leves, como una concusión, lo más importante para ayudar a la recuperación es el descanso. Los niños deben evitar las actividades de alto riesgo y de alta velocidad que podrían resultar en otra concusión y, los padres o cuidadores deben de administrar los medicamentos recetados por el pediatra. Para los casos más graves, la terapia física, ocupacional y de lenguaje están indicadas para ayudar a optimizar su potencial funcional. Si bien es posible que el niño o niña no regrese a su nivel funcional original, la participación del paciente y de los padres o cuidadores con el terapeuta puede proporcionar la capacitación y el equipo de adaptación necesarios para mejorar su calidad de vida.

Para más información, visita: https://www.cdc.gov/traumaticbraininjury