Las lesiones medulares son uno de los daños más graves que un niño puede experimentar. Sufrir de una lesión medular puede tener consecuencias muy graves a largo plazo, incluyendo discapacidad y trastornos importantes que afectan su vida. La médula espinal es una parte fundamental para la salud y funcionalidad del cuerpo, así que una lesión medular puede afectar a todo el cuerpo del niño.
¿Qué tan comunes son las lesiones medulares en los niños?
Aproximadamente el 5% de todas las lesiones medulares ocurren en niños. A pesar de que es raro, cuando ocurren estas lesiones sus consecuencias son graves e irreversibles. Según el Instituto Nacional de la Salud (NIH por sus siglas en inglés), solo entre el 10% y 25% de los pacientes pediátricos se recuperan totalmente de una lesión medular y alrededor del 64% tienen una recuperación parcial.
¿Qué causa una lesión medular?
Una lesión medular puede ser el resultado de un accidente que causa un trauma a la médula espinal. Sin embargo, algunos de los accidentes más comunes que pueden ocasionar una lesión de este tipo son:
- Accidentes automovilísticos
- Ser atropellado
- Una caída
- Accidentes relacionados con actividades deportivas
- Lesiones por abuso infantil y violencia doméstica
¿Cómo afectan estas lesiones a los niños?
Sufrir una lesión medular puede tener consecuencias que cambian la vida de un niño para siempre. La extensión de la lesión y la parte de la médula que fue afectada son los dos factores más importantes para saber cómo se verá afectado el niño.
Síntomas
Los síntomas varían según la gravedad de la lesión y algunos de los más comunes que acompañan la lesión medular son:
- Choque espinal (entumecimiento y pérdida de movimiento)
- Dificultad para respirar
- Disminución de la función intestinal y vesical
- Entumecimiento en brazos, piernas o pecho
Tratamiento
El tratamiento de una lesión medular depende tanto de la magnitud de la lesión como de la parte que fue impactada. El tratamiento por lo general incluye tiempo en la unidad de cuidados intensivos, en donde el paciente puede ser observado y los doctores pueden crear un plan de tratamiento a largo plazo.
Durante su estancia en el hospital, el niño por lo general trabajará con varios profesionales, incluyendo especialistas en traumatología, neurólogos, neurocirujanos y terapeutas físicos y ocupacionales.
Impacto a largo plazo
Ajustarse a la vida después de una lesión medular puede ser un proceso muy largo y difícil, tanto para el niño como para la familia. Las lesiones medulares por lo general tienen impactos permanentes que pueden conducir a cambios radicales tanto en la vida del niño como en la de su familia. Dependiendo de la magnitud de la lesión, el niño puede necesitar:
- Una silla de ruedas para mayor movilidad
- Una sonda de alimentación (si la garganta y los músculos del cuello fueron afectados por la lesión)
- Medicamento para el funcionamiento de la vejiga y el intestino
- Medicamento para el dolor
- Un ventilador, si la respiración del niño fue afectada
Además de estos tratamientos, la terapia física es crucial para un niño con lesión medular. La terapia física puede ayudar a prevenir el desgaste muscular y otras complicaciones y, además, ayudará a que el niño pueda tener mejores resultados a largo plazo.