De parte de tu terapeuta familiar del CRIT: Paso a paso

Un poco de progreso cada día se suma a resultados significativos.

A veces, tenemos altas expectativas para nosotros mismos y para los demás. Nos enfocamos en grandes transformaciones u objetivos, lo que nos lleva al fracaso cuando no los alcanzamos en una semana o un mes. El cambio, especialmente en nosotros mismos, es un desafío que puede ser estresante y abrumador, hasta el punto en que nos congelamos, deteniéndonos por completo. Esto nos lleva a sentirnos como un fracaso por ni siquiera haber comenzado el proyecto que teníamos en mente.

Un bebé no gatea un día y corre al siguiente. Da pequeños pasos. Puede tropezarse y caerse, pero se levanta de nuevo y continúa intentándolo hasta que logra caminar de forma independiente y, eventualmente, estará corriendo. A lo largo de este proceso, quienes lo rodean suelen apoyarlo y alentarlo. La gente no dice cuando se cae: “Oh, te caíste, así que quédate abajo”. Al contrario, lo animan a levantarse e intentarlo de nuevo, y celebran cuando el bebé da ese primer paso por sí solo.

Como un bebé que aprende a caminar, dividir la meta en proyectos más pequeños es más efectivo y menos desalentador. Recuerda que cada paso que damos nos acerca al destino deseado. Rodéate de personas que te animen, apoyen y digan mensajes positivos para tu vida. Sé paciente contigo mismo y celebra los pequeños pasos.

Pregunta: Si fueras un 1% mejor cada día que lo que fuiste ayer, ¿qué tipo de impacto tendría eso en tu vida en un año?