Un contenedor sensorial es un recipiente poco profundo lleno de un material base y varios objetos pequeños para fomentar y mejorar el juego. Algunos contenedores sensoriales utilizan un material seco como base, como arena, frijoles secos o arroz. Otros están diseñados para juegos más complicados y pueden usar agua, crema de afeitar o crema batida como base.
Los contenedores sensoriales pueden ser una excelente herramienta para abordar una variedad de habilidades, que incluyen:
- Exploración sensorial: Por supuesto, los contenedores sensoriales brindan una oportunidad para que tu hijo o hija explore el tacto, pero también pueden ser una excelente manera de explorar la vista, el oído, el olfato e incluso el gusto con ciertos medios.
- Habilidades de percepción visual: Buscar elementos escondidos dentro de un contenedor sensorial es una forma sencilla de trabajar en una variedad de habilidades visuales, incluida la percepción figura-fondo y la discriminación visual, todo en una sola actividad.
- Habilidades sociales: Jugar en un contenedor sensorial con un terapeuta, un padre, una madre, o un compañero, ofrece oportunidades naturales para aumentar la atención conjunta, practicar el juego cooperativo y tomar turnos, y compartir elementos.
- Habilidades motoras finas: Al incluir pinzas, cucharas y otras herramientas simples en un contenedor sensorial, puede aumentar las oportunidades para cavar, recoger, verter y revolver, ¡todo lo cual ayuda a fortalecer las manos y desarrollar habilidades motoras finas!
- Regulación y calmante: El juego sensorial puede resultar calmante para muchos niños y niñas, especialmente cuando se combina con un entorno de baja estimulación (luces tenues, música suave, etc.).
- Desarrollo del lenguaje: Los contenedores sensoriales brindan un entorno naturalmente rico que fomenta el compromiso y la conexión para una mayor imitación y construcción de la intención comunicativa.
Hacer un contenedor sensorial en casa es una excelente manera de interactuar con tu hijo o hija mientras trabaja en las habilidades que practica en la terapia. Aquí hay algunas cosas para tener en cuenta al crear un contenedor sensorial:
- Evita los peligros de asfixia, especialmente si tu hijo o hija se traga objetos con frecuencia durante el juego.
- Asegúrate de que todos los materiales no sean tóxicos.
- Supervisa a tu hijo o hija mientras juega con un contenedor sensorial para garantizar la seguridad.
- No obligues a tu hijo o hija a interactuar con los materiales si tiene miedo o duda. A menudo, si empiezas a jugar, ¡poco a poco se irán uniendo a ti solos! Si aún lo necesitas, puedes introducir una textura para la que no estén preparados.
- Intercambiar artículos ayuda a mantener el interés de los niños y niñas, crea conexiones con celebraciones y días festivos de temporada.
- Los contenedores sensoriales no tienen por qué ser caros para ser beneficiosos. Los materiales simples y naturales, como los frijoles pintos secos, el arroz o el agua corriente, son bases excelentes para un contenedor sensorial.
¡Sé creativo y diviértete!
Si deseas crear un contenedor sensorial en casa y no sabe por dónde empezar, habla con el terapeuta de tu hijo o hija sobre recomendaciones y sugerencias para apoyar sus objetivos.